Últimamente pienso en quién hace la poesía, ¿el lector o el que la escribe? Sin duda, encontrar lectores tan generosos como Daniel me reafirman en que son los ojos que la miran los que traducen e interpelan a los versos, los que crean y re-crean,
de nuevo. Los que la hacen crecer y poder nombrarla. El hermoso
cuidado; como quien erige un pequeño refugio para la maltrecha palabra,
un espacio de respiración en el que comparte un sutil "modo de leer", de
vivir la poesía; que Daniel imprime en cada una de sus lecturas y cómo
las comparte, eso es lo que me hace pensar que la poesía es, en
realidad, una mirada abisal. Gracias infinitas, por tu eterna
delicadeza, Daniel, en la lectura de mis versos.
Pasen y vean: http://mamaquchanayay.blogspot.com.es/2013/10/la-ciudad-o-la-palabra-pajaro.html
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