Mar Benegas: El chelo de Alba

viernes, 9 de agosto de 2013

El chelo de Alba

El otro día, Alba Ceres, poeta y chelista, que tiene un estupendo blog de poesía que os recomiendo mucho: hasta embellecer lo exhausto, me envió una fotografía de su chelo leyendo "La ciudad o la palabra pájaro" y las palabra que pronunció al terminar:  "Ay, Mar, entrar en "La ciudad" es una agonía necesaria para abrir bien los ojos y luego saber qué hacer con las alas heridas. No deja de ladrarme el poema "El amor de los perros". Y el último, esa ofrenda final a la esperanza porque, aun con todo, es posible todavía... ay ay ay... Cuánta falta hacen escrituras que azucen y ensanchen la conciencia...". Espero que nadie me discuta, nunca más, que los objetos tienen vida propia, sobre todo si saben hacer música, y, por lo visto, hasta leen.



4 comentarios:

alba dijo...

Es lo primero que me dijo mi profesor en mi primera clase de violonchelo, y no lo olvido: "tu violonchelo proviene del árbol y, como el árbol, vive." Lo tengo siempre tan presente... Su afición lectora la mamó desde niño y, cuando le llegan libros como el tuyo, no sabes cuánto me lo agradece. :)
Gracias, Mar, por el regalo, por la mención, por la esperanza.
Un abrazón.

Mar Benegas dijo...

Gracias a ti. Por cierto, ¡qué maravilla de profesor!

çç dijo...

Un mundo que se deshace o se hace (de) trozos, sentir la pasión natural, vuestro latido, es un siempre tierno aliento que recolectar, leeros (en unos días recibo “la ciudad pájaro”) y hacer de vuestra expresión batalla con lo imposible, abrir lo profundo hasta recuperar una salud cómplice… hasta demorar de una vez la vida en vida o, que las palabras no sean meros objetos. Sería lindo escuchar esos trozos sin culpabilidad, acudir, decir como si el desvelo pasara en nosotros mismos.
Abrazos.

Mar Benegas dijo...

Querido çç, qué alegría saber que los pájaros llegarán, pronto, a tu ventana.

Es tan necesario custodiar, reconstruir y levantar ese camino de palabras, cómplices y amigas, que ofrezcan un poco de esperanza en estos tiempos de negación y astenia. Que los vínculos sigan creciendo y se honre con ellos a los verbos del deseo, de lo por hacer, del futuro mejor.

Un abrazo y gracias.