los desaparecidos, los huidos, los matados,
los esclavos de las fábricas, de los diamantes y las minas
los niños sin piernas
las madres que escombran huesos, las abuelas de mayo con sus pañuelos
los que entierran cadáveres sin sonrisas y no se olvidan de ellos
las escuelas donde enseñan a contar con un ábaco de balas, las escuelas sin paredes
los enfermos sin mirada
los que comen hormigas y beben barro, los que se comen el hambre
los que se mueren porque ganaron el sida en la ruleta de Midas
los están bajo los puentes pagando el delito de haber nacido
los que lloran en las tiendas de campaña el miedo de un desierto sin patria
los que viven siempre mordiendo, bajo el yugo y el poder de la alambrada
las casas voladoras y los brazos amputados
las pateras y favelas, los inmigrantes y el océano
los que tienen un fusil apuntándoles la vida
los que se quedaron sin tierra, sin identidad, sin nombre y vagan borrachos en reservas o miserias
los que se alimentan de la caridad de los escorpiones llenándose de odio
los violados y los sometidos, los fotografiados, los tocados por manos oscuras
ellos así, se alzarán cómo árboles de ceniza,
y contra diciendo el poder de las raíces andarán hacia nosotros con las ramas abiertas,
una procesión de vergüenzas sin nombre,
entonces tendremos a su miedo dándonos sombra, justo cuando sean el cobijo que atraviese la garganta, todos ellos, verdades y puñales.
se hará visible por fin, el bosque de los despojados y no habrá otro destino, entonces sí, que saberlos
2 comentarios:
guau... fuerte.
tan fuerte como bello y encima .... el remate de saberlos que es lo unico que importa.
besos
Cierto...una auténtica apocalipsis de ceniza cegadora en los ojos de las conciencias..
besos
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