Ellos tienen derecho al olvido -pero la herida es imborrable. Pueden pedir la dulzura que les fue arrebatada -pero nadie puede ya concedérsela. Tienen derecho a no querer recordar. Nosotros no.
<< HATIKVA>>*
Con la punta del fusil en silencio los enfilaban.
Traían la promesa de Heydebreck pero la desmentía el trayecto exiguo. Oscuramente lo sabían los cuerpos, las manos, la nuca.
Vendrá el amanecer pero el frío del metal sobre la espalda venía a desmentirlo. La orden de desvestirse confirmó lo que todos temían: una ducha blanca no es lluvia.
Entonces desobedecieron. Con el presentimiento de la ceniza
se destrabó la garganta.
Y cantaron. Y el canto llenó el vacío del vestuario y su miedo
también fue ceniza en un salmo de viento.
Y la noche blanca cantó
en la hora angosta donde se asfixia la última resistencia
entonando uno a uno sus himnos
desnudos de pura pérdida
desnudos en los márgenes del cielo.
Y en pie siguieron cantando "Hatikva"
mientras las culatas se empecinaban en acallar la canción
final.
Y cantaron los viejos las madres con sus hijos en brazos cantaron
los hombres
todo el campo cantó
como pueden cantar 3792 muertos que enloquecen de esperanza.
(Alemania, 9 de marzo de 1944)
* En hebreo, esperanza.
(Poema del libro Figuras de asfixia, de Arturo Borra, Editorial Germanías, 2012)
2 comentarios:
Un poema que sobrecoge. Ese canto llega a lo más profundo y ahí se queda su eco. Es un gran poema.
Cierto José Antonio, la esperanza se teje en sus versos como el ritmo de ese canto entonado desde la desesperación.
Un abrazo y gracias por pasar por aquí.
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